NOTAS
PSICOTERAPIA SISTÉMICA: DEFINICIÓN DE SISTEMA- LA FAMILIA Y/O PAREJA COMO SISTEMA- EL SISTEMA TERAPÉUTICO
Sistema es un todo organizado: es un conjunto de elementos y sus atributos particulares relacionados entre sí, cuya cualidad emergente es diferente a las propiedades particulares de los elementos aislados.
Los objetos son las partes o componentes del sistema, los atributos son las propiedades de los objetos, y las relaciones mantienen unido al sistema.
Desde esta óptica, todo organismo es un sistema, o sea un orden dinámico de partes y procesos entre los que se ejercen interacciones recíprocas.
La oficina, la escuela, el estado, la célula, etc., todos son sistemas abiertos, o sea que intercambian
La delimitación sistema-medio es arbitraria y a elección del observador. Depende del sistema que deseamos estudiar y de ello depende, por lo tanto, lo que definimos como medio. Es decir: los límites pueden ser intra-sistémicos, dentro del sistema, entre los diferentes subsistemas que lo componen. (ver artículo “teoría de los Sistemasy Comunicación:premisasbásicas).
En éste caso, tomamos a la familia y/o pareja como sistema. La familia es la “matriz” de identidad de sus miembros, a los cuales le confiere modelos, valores, patrones de conducta, etc. proporciona un sentido de pertenencia y a su vez permite y a su vez permite la expresión del sí mismo individual en un doble movimiento de cohesión y diferenciación. Así, Juan Pérez pertenece a los Pérez pero es Juan, con sus características individuales.
La posibilidad de adaptación de la familia con el paso del tiempo a las circunstancias cambiantes propias y del medio, eso hace a la funcionalidad y flexibilidad de un grupo familiar.
Cuando las familias no producen esta evolución y las reglas de asociación que gobiernan al sistema familiar impiden la autonomía e individuación de sus miembros, o no se adaptan a las circunstancias cambiantes del medio o a las diferentes crisis evolutivas y/o accidentales, se produce algo así como una cristalización, un no cambio, una detención en un período de su ciclo evolutivo. No pueden reorganizarse para pasar al período siguiente. Entonces las familias son disfuncionales, sus reglas de asociación son rígidas e inamovibles. Lo mismo puede trasladarse al sistema individuo.
Muchas veces los síntomas de un individuo surgen como respuesta a un sistema disfuncional y el emergente puede ser ese individuo que, con sus síntomas manifiesta la disfuncionalidad del sistema.
Entre los dos polos, que van desde la flexibilidad a la extrema rigidez, se pueden situar familias que están ubicadas en diferentes puntos de esos extremos.
EL SISTEMA TERAPÉUTICO
El grado de flexibilidad y rigidez no sólo está dado por las características de la familia, sino por la relación entre el terapeuta y la familia, ya que ambos constituyen un sistema denominado “Sistema Terapéutico”.
El terapeuta construirá su diagnóstico en base a la observación de los patrones redundantes de conducta e interrelación entre sus miembros, a la función del síntoma dentro del sistema, al efecto de la comunicación de un miembro sobre otro o sobre el terapeuta, también a cómo el sistema responde a las intervenciones del terapeuta. Por lo tanto, el diagnóstico es el resultado de la interacción entre la familia y el terapeuta.
Por ejemplo, una consulta por un niño que no aprende nos puede dar cuenta de las dificultades de ese niño en crecer, pero también de su grupo familiar que mantiene dicho síntoma en el niño. Su madre puede estar excesivamente involucrada con él, sin espacio propio, y el padre fuera de esa relación. Esto lo digo a modo de ejemplo simplificándolo, ya que tendríamos que analizar las múltiples variables puestas en juego, y, desde ya, la subjetividad del terapeuta, ya que sostenemos la no existencia de la objetividad. Estamos ahí, como terapeutas, con toda nuestra historia, valores, sistemas de creencia, etc….con toda nuestra subjetividad. Tema que trataré en otra nota sobre los valores del terapeuta en el contexto de la terapia y la subjetividad.
El síntoma puede hacerse necesario para que la pareja no enfrente sus propios conflictos, quizá no explicitados, no teniendo espacio de pareja. La conducta sintomática de un niño es, en general, una respuesta a las reglas disfuncionales del sistema: nosotros, como terapeutas debemos intervenir en el sistema, modificando esos patrones disfuncionales, reestructurando al sistema para que encuentre una salida, otra alternativa que permita el crecimiento y la re-ubicación de sus miembros, no sólo la supresión del síntoma.
Volviendo al ejemplo citado, trabajaríamos con una estrategia terapéutica que apunte a reforzar el vínculo padre-hijo, neutralizar un poco a la madre, encaminarla a que ella encuentre un proyecto propio, aumentar el espacio de la pareja conyugal para que puedan enfrentar directamente sus conflictos y que no estén mediatizados o desviados por el niño sintomático.
-El presente artículo ha sido extraído del capítulo. “La terapia sistémica: un nuevo paradigma en las ciencias humanas”, del libro “Psicoterapias en Argentina”, ed. Holos.